Elogio de amor
Por lejos que me remonte en el recuerdo de mis amores, me es difícil hablar de ellos. Esta exaltación más allá del erotismo es dicha exorbitante tanto como puro sufrimiento: la una y el otro hacen que las palabras cobren pasión. Imposible, inadecuado, en seguida alusivo cuando querríamos que fuese muy directo, el lenguaje amoroso es un vuelo de metáforas: es literatura. Singular, no lo admito más que en primera persona. Sin embargo, de lo que les voy a hablar aquí es de una especie de filosofía amorosa. Pues ¿qué es el psicoanálisis sino una búsqueda infinita de renacimientos, a través de la experiencia de amor que recomienza para ser desplazada, renovada y, si no exteriorizada, al menos recogida e instalada en el corazón de la vida ulterior del analizado como condición propicia para su renovación perpetua, para su no-muerte?
Confieso que el destino particular de mis amores (¿debería decir de mi propia vulnerabilidad escondida tras una máscara de prevención?) agrava este desfallecimiento de mi discurso ante la espiral .de sexualidad e ideales entremezclados que es la experiencia amorosa. Y me hace preferir, antes que el encantamiento lírico o la descripción psico pornográfica, el lenguaje algo histórico del después. ¿Es aquí también donde se recoge el silencio (amoroso) del analista?
Pero no hay que entender estas palabras sólo como una precaución, una retirada o un miedo a quemarse. De hecho el sentimiento de haber tenido que desperdiciar, cuando no que sacrificar, deseos y aspiraciones, en el amor, ¿no es acaso el precio que debemos pagar por la violencia de nuestras pasiones hacia el otro? Desenfreno que puede llegar hasta el crimen del amado, el amor que llamamos loco se compagina sin embargo muy bien con una lucidez aguda, súper yoica, feroz, aunque es el único que puede, provisionalmente, interrumpirla. Himno a la entrega total al otro, este amor es también, y de una manera casi igualmente explícita, un himno a la capacidad narcisista a la que puedo incluso sacrificarlo, sacrificarme.
Si insisto en el crisol de contradicciones y equívocos que es el amor - a la vez infinito del sentido y eclipse del sentido - es porque me permite no morir asfixiada bajo el fárrago de falsos pretextos y compromisos que nos ofrece la neurosis en grupo o en pareja. Así es como lo mantengo en mi oído para no adormilarme con las penas e inquietudes de mis psicoanalizados, para hacer estallar, por el contrario, un riesgo de muerte, un riesgo de vida. Así es como se revela en el ir y venir de la connotación metafórica. En efecto, en el transporte amoroso, los límites de las propias identidades se pierden a la vez que se difumina la precisión de la referencia y del sentido del discurso amoroso (sobre el que Barthes ha escrito tan elegantemente los Fragmentos ). ¿Hablamos de la misma cosa cuando hablamos de amor? ¿Y de qué cosa? La prueba amorosa es una puesta a prueba del lenguaje. de su carácter unívoco, de su poder referencial y comunicativo.
Confieso que el destino particular de mis amores (¿debería decir de mi propia vulnerabilidad escondida tras una máscara de prevención?) agrava este desfallecimiento de mi discurso ante la espiral .de sexualidad e ideales entremezclados que es la experiencia amorosa. Y me hace preferir, antes que el encantamiento lírico o la descripción psico pornográfica, el lenguaje algo histórico del después. ¿Es aquí también donde se recoge el silencio (amoroso) del analista?
Pero no hay que entender estas palabras sólo como una precaución, una retirada o un miedo a quemarse. De hecho el sentimiento de haber tenido que desperdiciar, cuando no que sacrificar, deseos y aspiraciones, en el amor, ¿no es acaso el precio que debemos pagar por la violencia de nuestras pasiones hacia el otro? Desenfreno que puede llegar hasta el crimen del amado, el amor que llamamos loco se compagina sin embargo muy bien con una lucidez aguda, súper yoica, feroz, aunque es el único que puede, provisionalmente, interrumpirla. Himno a la entrega total al otro, este amor es también, y de una manera casi igualmente explícita, un himno a la capacidad narcisista a la que puedo incluso sacrificarlo, sacrificarme.
Si insisto en el crisol de contradicciones y equívocos que es el amor - a la vez infinito del sentido y eclipse del sentido - es porque me permite no morir asfixiada bajo el fárrago de falsos pretextos y compromisos que nos ofrece la neurosis en grupo o en pareja. Así es como lo mantengo en mi oído para no adormilarme con las penas e inquietudes de mis psicoanalizados, para hacer estallar, por el contrario, un riesgo de muerte, un riesgo de vida. Así es como se revela en el ir y venir de la connotación metafórica. En efecto, en el transporte amoroso, los límites de las propias identidades se pierden a la vez que se difumina la precisión de la referencia y del sentido del discurso amoroso (sobre el que Barthes ha escrito tan elegantemente los Fragmentos ). ¿Hablamos de la misma cosa cuando hablamos de amor? ¿Y de qué cosa? La prueba amorosa es una puesta a prueba del lenguaje. de su carácter unívoco, de su poder referencial y comunicativo.
Kristeva
La semiótica ciencia critica y/o critica de la ciencia, el intento de aportar algo al estatuto epistemológico de la semiótica. ( la misión imposible); es un estatuto que precisamente no se quiere muy claro, fijo o limitado, lo podríamos entender como un cruce entre las ciencias, con una dinámica que resultante de un proceso teórico siempre en marcha, la semiótica no puede tener un estatuto de ciencia y mucho menos como siendo “ la ciencia”.
La relación de la lingüística con la semiología estudio iniciado por Saussure y luego por Barthes, me hace cuestionar si es posible pensar la semiótica como una producción de “ modelos” a partir del modelo inicial (lingüístico) lo que pasa es que son las grandes unidades del discurso ( Barthes) que la llevan a utilizar modelos lógicos y matemáticos. Así que es no solo modelo pero también la misma teoría de la concepción de modelos. Nunca llega a desaguar como río que se pierde en las arenas de la playa y nunca llega al mar, o sea que nunca pasa de teoría a conocimiento. Se le puede hacer una critica pero nunca llega a SER.
Es aquí el punto de encuentro con la teoría Marxista relativamente a la ciencia.
Es una poiesis, un proceso transformador que el sueño realiza sobre “el pensamiento de sueño”. Para luego llegar a lo que es el contenido del sueño.
Freud, y su discurso psicoanalítico, es un complemento a la semiótica que continua a ser una teoría y una metodología que Julia Kristeva usa en sus apuntes a la semiótica de la producción literaria. ( Semiótica de novela o de la poesia).
La formulación del social como una forma de producción, aun que no tenga una perspectiva verdaderamente materialista , enguanto valor. Considerar el texto como una practica trans lingüística, una practica semiótica, al proyectarlo en un espacio ( la escena de la escrita ) al haber comunicación existe una producción de sentido ( aquí el sentido es un intercambio , un trueque de valores y de sentidos) es este que puede ser obyecto de analice, lo qu ele precede no se mide ni se representa, como tal no hay obyecto, solo una posibilidad. Es un ir y venir dialéctico entre la teoría y el modelo.
En la novela el texto es un texto cerrado, donde se cruzan la escrita ( el texto y el discurso) y el “habla” ( la narración ).
El signo caracterizado por la abertura a la interpretación , a la ambivalencia, por el desvío y trasgresión, negando la exclusividad y admitiendo la alteridad.
Kristeva refiere los conceptos de monologo y dialogo a la ambivalencia. El “dialogismo” que es inherente a la propia lenguaje.
¿Negamos la distinción entre “discurso y “ historia de Benveniste?
Suponiendo la intervención del locutor en la narrativa y una orientación hacia el otro, la diferencia entre novela monológica y novela dialógica esta en lo que llamaríamos “ manifestación textual”.
Con todo esto quiero dejara que en mi opinión Kristeva no tiene las ideas muy bien estructuradas, sus viajes ala filosofía oriental , la imprecisión que se puedo reflejar en mi texto, son muestra de contradicciones en la filosofía de Kristeva, que no acabo de poder entender.
La relación de la lingüística con la semiología estudio iniciado por Saussure y luego por Barthes, me hace cuestionar si es posible pensar la semiótica como una producción de “ modelos” a partir del modelo inicial (lingüístico) lo que pasa es que son las grandes unidades del discurso ( Barthes) que la llevan a utilizar modelos lógicos y matemáticos. Así que es no solo modelo pero también la misma teoría de la concepción de modelos. Nunca llega a desaguar como río que se pierde en las arenas de la playa y nunca llega al mar, o sea que nunca pasa de teoría a conocimiento. Se le puede hacer una critica pero nunca llega a SER.
Es aquí el punto de encuentro con la teoría Marxista relativamente a la ciencia.
Es una poiesis, un proceso transformador que el sueño realiza sobre “el pensamiento de sueño”. Para luego llegar a lo que es el contenido del sueño.
Freud, y su discurso psicoanalítico, es un complemento a la semiótica que continua a ser una teoría y una metodología que Julia Kristeva usa en sus apuntes a la semiótica de la producción literaria. ( Semiótica de novela o de la poesia).
La formulación del social como una forma de producción, aun que no tenga una perspectiva verdaderamente materialista , enguanto valor. Considerar el texto como una practica trans lingüística, una practica semiótica, al proyectarlo en un espacio ( la escena de la escrita ) al haber comunicación existe una producción de sentido ( aquí el sentido es un intercambio , un trueque de valores y de sentidos) es este que puede ser obyecto de analice, lo qu ele precede no se mide ni se representa, como tal no hay obyecto, solo una posibilidad. Es un ir y venir dialéctico entre la teoría y el modelo.
En la novela el texto es un texto cerrado, donde se cruzan la escrita ( el texto y el discurso) y el “habla” ( la narración ).
El signo caracterizado por la abertura a la interpretación , a la ambivalencia, por el desvío y trasgresión, negando la exclusividad y admitiendo la alteridad.
Kristeva refiere los conceptos de monologo y dialogo a la ambivalencia. El “dialogismo” que es inherente a la propia lenguaje.
¿Negamos la distinción entre “discurso y “ historia de Benveniste?
Suponiendo la intervención del locutor en la narrativa y una orientación hacia el otro, la diferencia entre novela monológica y novela dialógica esta en lo que llamaríamos “ manifestación textual”.
Con todo esto quiero dejara que en mi opinión Kristeva no tiene las ideas muy bien estructuradas, sus viajes ala filosofía oriental , la imprecisión que se puedo reflejar en mi texto, son muestra de contradicciones en la filosofía de Kristeva, que no acabo de poder entender.
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