La literatura infantil no es ingenua.
La literatura infantil no es ingenua. Todos sabemos que la forma de oficializar la literatura infantil es la escuela, el aparato ideológico del estado en estado puro.
De esta literatura se nutren los niños de nuestras escuelas, leer no es un pasatiempo es una forma de alimentar el espirito y los políticos lo saben.
La primera imposición de esa literatura viene por parte de los adultos que la eligen de acuerdo a su ideología para los niños imponiéndoles así su ideología.
Nos olvidamos que los media y los que producen entretenimiento infantil en todos los ámbitos , televisión radio y ahora las famosas tablets, lo hacen a partir de un guión escrito por adultos para niños. Guiones estudiados para transmitir conceptos y formas de ver el mundo que lejos de ser ingenuas son estudiadas minuciosamente para transmitir un mensaje ideológico.
Siempre esta presente el adulto, en una decisión unilateral, la del adulto. El que lo escribe intenta mimetizar el niño, sus apetencias , formas de comunicar para así conseguir el objetivo final que es interesarle en su lectura. No hay interactividad , el niño no decide nada, es conducido ya no tan solo por un lenguaje que vincula ideología como por la propia historia que le cuentan. En los casos en que existe posibilidad de interactuar del niño, este siempre busca una aproximación al real que muchas veces el texto esconde, de ahí las preguntas complicadas que dejan los padres en situaciones no muy cómodas. Como diría Gadamer “ el lector busca siempre respuestas para sus preguntas” no hay texto sin preguntas ni respuestas sin texto que las enuncie.
La violación de los derechos de los niños esta en la incapacidad que tienen de defenderse, en su fragilidad critica, solo superable cuando se le da la oportunidad de elegir las preguntas. El niño solo tiene obligaciones , no tiene privilegios no puede cuestionar ni elegir otra lectura que no sea la que sus padres elijen de acuerdo con su ideología y su clase social.
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