A solas, ayer llovía, soy lo que pienso
Yo escribo mi vida , mis emociones, me desnudo a quien me lee ya que por ignorancia y incapacidad no puedo escribir la vida ajena.
Lo hago desde la soledad, desde todas las soledades que conozco. La soledad es la plaga de este siglo, una epidemia incontrolable para la cual no hay mas medicina que el amor.
Existen tantas soledades como tantos individuos, vidas que coexisten en el tiempo en planos que nunca se encuentran.
La soledad consciente es una opción, la opción de mirar el mundo desde unos ojos solos , lejanos de la sociedad , pero mirándoles desde lo alto, con perspectiva y desde un pensamiento critico.
Cuando hablamos de la soledad de las grandes ciudades, no es mas que una disculpa, para algunos de la impotencia de realizarse y ser felices.
Un espacio urbano en que los hombres o mujeres , intelectuales, aventureros que buscan fortuna , gente sencilla o complicada, muchos de ellos provincianos, pero todos ellos inseguros, cerrados en su existencia, gestionando falsas expectativas o mismo pidiendo demasiado de la vida, mucho más que esta tiene para darles.
Otra soledad posible es un actitud en la vida , una opción , un existir voluntario, a solas.
A solas y desnudo de todo lo que es contrato social, me he conocido y existo. A solas soy lo que pienso sin amarras, libre.
La soledad en la ausencia , es el sentimiento de perdida, para los que alguna vez han compartido mas que una vida. Para estos no es una opción es una imposición de la naturaleza del hombre, la finitud que les trae la angustia existencial, saberse finito y saber que un día el fin llega y no aceptarlo con naturalidad como otra manifestación de la vida.
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