Confesarse culpable
Confesarse culpable, o tan solamente confesarse , tiene muchas veces implícita la autoafirmación, unas veces contamos batallas existenciales protagonizando el héroe, pero en otros momentos uno se auto acusa , se humilla o se desacredita a los ojos de la muchedumbre en un ejercicio de autoflagelación, en su rol social todos en su momento se han confesado, y casi podríamos afirmar que las relaciones interpersonales son confesiones entre cruzadas en secreto.
El secreto de las pasiones toma vida en cada uno de nosotros, somos todos héroes de una historia que es la existencia, cada uno con su rol; un héroe sensual, un ambicioso y egoísta, otro fantaseador de pseudologías imposibles, pasiones para todos los gustos unos con orgullo , otros rozan humildad que es la muerte del héroe.
En todas las pasiones hay un denominador común, la pasión por el YO , un nihilismo exuberante que todo domina y condiciona.
Vivir de forma urgente, exageradamente exaltado, corriendo de un lado a otro, como si en cada llegada a algún lado supusiera la salvación del mundo.
Estas palabras las escribo en la tranquilidad de la noche, dejando a los personajes el protagonismo de la pasión loca y desbocada. La necesidad de escribir palabras de consciencia inquieta, tener algo que decir que no puede esperar, que tiene que ser dicho ahora, en el momento.
Cuando pienso en mi, tomo consciencia de que mi naturaleza es demasiado apasionada, insaciable, incapaz de la tranquilidad y del reposo.
Cada pensamiento que me mueve , es un pensamiento secreto , con necesidad de ser contado.
Mis personajes son mis cómplices, la forma de exorcizar una pasión que insiste en aflorar en cada frase, en cada palabra como que jugara en ella la vida.
Como afirmaba Oscar Wilde , en cada héroe se esconde “ el eterno secreto de la existencia”.
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