Freud , el dolor, la poesía yo mismo.

Freud , el dolor, la poesía yo mismo.

“Ahora bien, los poetas son unos aliados valiosísimos y su testimonio ha de estimarse en mucho, pues suelen saber de una multitud de cosas entre cielo y tierra con cuya existencia ni sueña nuestra sabiduría académica. Y en la ciencia del alma se han adelantado grandemente a nosotros, hombres vulgares, pues se nutren de fuentes que todavía no hemos abierto para la ciencia.”
Freud, “El Delirio y los sueños en la <<Gradiva>> de W. Jensen”


Empezaremos por la experiencia freudiana del dolor y sus signos significados y significantes, causa interior o exterior, cuerpo, hostil.
Freud en el “Proyecto de Psicología” afirma: “(…) un objeto como éste” – refiriéndose al prójimo, lógicamente necesario planteada la situación de desamparo inicial – “un objeto como éste es simultáneamente el primer objeto-satisfacción y el primer objeto-hostil, así como el único poder auxiliador”. 

La bipolaridad de los objetos  el dolor y la satisfacción.

Uno de ellos nos conducirá hacia La experiencia de satisfacción, en donde algo del objeto, algo del Otro podrá ser representado (Lacan dirá simbolizado); dejando como resto los estados de deseo. Por esta vía queda abierta la posibilidad de la “futura” instalación del dispositivo del Sujeto Supuesto al Saber, o sea, de los fenómenos transferenciales.
El otro polo nos dirige hacia la Vivencia de Dolor. Dolor que aquí nos convoca.
¿Qué nos dice Freud al respecto? ¿Cómo define al dolor?
Volvamos al Proyecto, en el apartado 6, El Dolor, Freud nos da un tratamiento cuantitativo del mismo y nos presenta el siguiente dispositivo: grandes cantidades de excitación que provienen del exterior (Q) son apartadas tanto del sistema de percepción (φ) como del de la memoria (ψ). Vayamos a la letra del texto: “¿Existe algún fenómeno que se pueda coordinar con el fracaso de estos dispositivos? Creo que es el dolor.”
Fracaso del dispositivo, rompimiento de una barrera e invasión de grandes cantidades de excitación en el aparato definen al dolor. ¿Qué estatuto darle ahora a lo interior y a lo exterior a partir de aquello?
Retomemos el otro polo del objeto, el hostil, y reubiquemos la Vivencia de Dolor.
Tratemos de deslindar el proceso con sus pasos lógicos:
Primer momento lógico: Algo externo al aparato (cantidades de excitación) producen un rompimiento y una elevación dentro del mismo.
Segundo momento lógico: La elevación, el afecto, se produce ahora desde dentro del aparato. Algo del exterior se encuentra dentro del mismo aparato.
Vale aclarar que ambos momentos lógicos no son sin una inclinación a la descarga de estas cantidades irrumpientes.
Freud aclara: “Si la imagen mnémica del objeto (hostil) es de algún modo investida de nuevo (…) se establece un estado que no es dolor, pero tiene semejanza con él. Ese estado contiene displacer y la inclinación de descarga correspondiente a la vivencia de dolor”, continúa, “puesto que displacer significa acrecentamiento de nivel, cabe preguntar por el origen de esta Q’η.”
“(…) En la reproducción de la vivencia  - en el afecto – solo sobreviene la Q que inviste al recuerdo”. 
En este estado de cosas tenemos entonces un desinterés, una desinclinación a investir la imagen mnémica hostil, lo que Freud denominará defensa primaria.
Cuál es el resto que queda de esta vivencia? Los que denominamos afectos; “El dolor posee una cualidad particular, que se hace reconocer junto con el displacer…” (angustia).


“El dolor
Es una curva abierta al nada 
Solo angustia”  
Jean-Luc d'Etcheverry

Perdida del polo del objeto , abertura a la nada   -  extimidad en Lacan-. Algo queda por fuera de la simbolización, algo no asimilable, que no se puede representar
Entonces, los fenómenos que nos interesan son aquellos que quedan por fuera del desciframiento del inconsciente  y que también operan en la transferencia por fuera del Sujeto Supuesto al Saber. Lo central sería que algo del dolor pudiera ser transferido.
Ahora bien, lo que queda fuera de la simbolización, ¿qué lugar ocupa en la transferencia? Dónde se ubica el objeto? Si esto “hostil” se juega entre el sujeto y el Otro cabrá entonces la posibilidad de transferirlo, de enviarlo al campo del Otro; y así poder ubicar algo del orden del dispositivo, de un escenario que nos permita operar.

De la creación poética

Habiendo desarrollado brevemente el establecimiento de aquello que denominamos dolor en la teoría y habiendo marcado como central su importancia por fuera de aquellos fenómenos del Sujeto Supuesto al Saber; recurramos a la poesía y tratemos de articular la teoría.

 “dejas de existir para estar 
  pasas a tener  la edad de hoy 
 y pierdes un sosiego inaudible 
 que nunca será tuyo” Jean-Luc d'Etcheverry

La metáfora del retorno a lo inanimado Freudiano, Dejar de ser para estar, pasar del ser al inanimado.
No nos dirigen también, directamente, a las relaciones de goce con el significante; aquellas que pueden ser definidas también como de exclusión? 
Lacan solía preguntarse, y esto lo retoma Jacques Allain Miller “¿Cuál es el goce de una ostra o el de un árbol?”
No sabemos de qué gozan, simplemente porque no hay allí distancia entre el goce y el cuerpo. Distancia que, como sabemos, introduce el significante.
Al no existir distancia no hay identidad, pasamos a estar.
Desde esta lógica es el significante lo que separa, digámoslo así, el goce del cuerpo.
Podemos intuir como la poesía habla de un goce perdido.
Solo podríamos hablar de goce en aquel sentido, una vez que se lo ha perdido, cuando es buscado, cuando se habla de él. Es en esta línea como el poeta puede poner a jugar su intuición como algo que el mismo ha perdido, como condición para hacer hablar estos versos.
“(…) El hombre está tomado en el lenguaje, lo quiera o no, y está capturado más allá del saber que de ello tenga”
De qué gozan los que están. Para gozar hay que existir y ser. 

“Sobre la vida no hay nada que decir 
solo pájaros asfixiados 
por el peso de las nubes 
aplastados contra un mar de tormenta” 
Jean-Luc d'Etcheverry

Estos versos me remiten a Lacan en su seminario 6, en donde retoma un sueño trabajado por Freud en su artículo “Formulaciones sobre los dos principios del acaecer psíquico” de 1911.
El texto del sueño es el siguiente: “El sujeto ve aparecer a su padre delante de él, ese padre que acaba de perder después de una enfermedad que ha constituido para él largos tormentos. Lo ve aparecer delante de él, y él es penetrado (…) por un profundo dolor al pensar que su padre esta muerto y que el no lo sabia (…) formulación (…) que se comprende si se agrega que estaba muerto según su deseo.” 
El análisis del sueño lleva a Lacan a tocar un punto importantísimo en la teoría nombrado como el dolor de existir.
En el sueño el sujeto sabía del dolor, de ese dolor de la existencia que el padre experimentaba. Algo allí, de ese dolor, se pudo transferir… Entonces, qué es lo que el soñante no sabe? Que asume el dolor de su padre sin saberlo. Esta ignorancia consiste en asumir el dolor como dolor del otro, por esta vía el sueño servía de protección ante el dolor mismo, ante la muerte. 
En definitiva, de qué lo protege?, de ese abismo para el que no hay significante, de ese agujero que constitucionalmente también el “padece” y… “del espanto seguro de estar mañana muerto”.
En la poesía… no pareciera ser la creación poética misma la que protege al que dice, frente al mismo dolor que nombra?
¿Acaso lo que hace soportable el dolor, no es el Deseo?
¿Qué es el dolor de la existencia sino aquel punto que el significante no puede explicar?
“El deseo es una barrera al goce fundada en el lenguaje. Lacan modificó la inflexión de su primer abordaje del deseo marcando que, en efecto, el deseo es una defensa contra el goce”.
Nadie más selecto que el poeta para hacernos notar que el ser duele y nadie más lúcido que Freud para afirmar que: “En el ser vivo (pluricelular) la libido se enfrenta con la pulsión de destrucción o de muerte; esta, que impera dentro de el, querría desagregarlo y llevar a cada uno de los organismos elementales a la condición de la estabilidad inorgánica (aunque tal estabilidad solo pueda ser relativa)”. 
¿A qué se refiere Freud al decir “relativa”?. Lacan dirá “que nada nos asegura que en la reducción a la nada no se mueva algo, y que en el fondo no se encuentre el dolor de ser”. “Este dolor”, continúa Lacan, “nos lo indica Freud como el último residuo entre Thanatos y Eros.” 
Para Freud la tarea de la libido es volver inocua la pulsión destructora desviándola hacia afuera, hacia los objetos del mundo exterior; pero una parte permanece en el interior del organismo, en la forma de aquel “dolor de ser” como masoquismo erógeno,  originario.

“Ser, es vivir la cumbre y el abismo
Como una única línea
Punto de encuentro entre la ilusión y la realidad” 
Jean-Luc d'Etcheverry

La existencia del sujeto en el orden del lenguaje.
Sabemos que el constituirnos como sujetos es una elección forzada (alienación) y a la vez el único acto sin elección. 
Yo no puedo elegir el no nacer, puedo elegir luego de haber nacido.
El ser elemental se deberá perder para constituirse como sujeto. Constitución que se da por fuera del si mismo, fuera del cuerpo, o sea, en el campo del Otro.
Retomando el cogito cartesiano, Pienso sin yo, porque en el origen el que piensa es el Otro. Para constituirme como Sujeto tengo que pasar por donde No Pienso, porque sino ni pienso ni soy.
Releamos los versos. Desde este lugar el poeta eleva una queja “melancólica”, queja que nunca podría haber articulado sino fuera por ese acto que le permite, sin elección, constituirse en el Otro; en el lenguaje, perdiendo su dimensión de ser y así pasar por los significantes que le permitan nombrarse.
Podemos ser más arriesgados aún, y acaso leer toda la poesía como un lamento melancólico de alguien que, adviniendo sujeto y luego de su constitución desea “mejor, no haber nacido”. “El sujeto a partir del momento en que se plantea en el significante no puede destruirse”.
No se nos escapa tampoco su tono de duelo pero, ¿acaso el deseo no se origina con la pérdida del objeto?...
Y como dijimos antes, el autor ¿no perdió su “ser-cuerpo” convirtiéndose en el poeta que escribe?
Y aún mas lejos, fatal  que se define como lo inevitable, y lo relativo al hado, al destino, … no se refiere justamente a la inevitabilidad del pasaje, de la alienación, y del destino significante que es condición para el advenimiento del sujeto?

La poesia es analgesico que me hace dormir mejor.
El dolor que fingiendo, siento, en las palabras que dan siempre fe de que no miento.

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